26 de noviembre de 2010

Kitsune (Zorro)

Estatua de Kitsune en el Santuario Fushimi, Kyoto.
Los zorros son muy apreciados en Japón, donde se habla que hay dos tipos de zorro, el común y el espiritual. Los zorros rojos "comunes" que encontramos en Japón están distribuidos por todas sus islas, a excepción de Shikoku, de donde se dicen fueron expulsados por Kukai (santo Budista), luego de que un kitsune intentó engañarlo. Según la religión Shinto los kitsunes se rigen bajo el mandato de la kami (diosa) Inari, para la cual hay multitud de santuarios (cerca de 40,000), siendo el más famoso el Santuario de Fushimi en Kyoto. Cada uno de ellos cuenta en  sus puertas con un par de estatuas de zorros blancos ya que estos son los sirvientes y mensajeros de Inari, quien es quizá la más ocupada de los kami. Históricamente los japoneses le han ido rezando para prácticamente todo. En un principio se trataba de la diosa del arroz por lo que los granjeros le rezaban, pero luego los samurais, mercaderes y artesanos también le rezaban, y así continuó. Curiosamente parece que el sirviente ha reemplazado a la diosa, ya que la mayoría de las plegarias hoy en día van dirigidas al kitsune, quien luego se las pasa a Inari. A este se le deja tofu frito como ofrenda, ya que se trata de su comida favorita, y si la petición se cumple, se le coloca un pequeño delantal rojo a una de sus estatuas. 


Por Kuniyoshi. La kami (diosa) de los kitsunes, Inari.

Ahora bien, el kitsune espiritual del tipo youkai que aquí tratamos no es blanco, es oscuro. Estos pueden transformarse o poseer a una persona y son sumamente traviesos. Este kitsune se asocia más a lo mundano (como casas), que a santuarios. Uno puede saber que tan poderoso y antiguo es un kitsune según su número de colas, ya que por cada cola este cuenta con un siglo de vida. Al llegar a las nueve colas, el nivel máximo, se trata de un ser muy sabio y poderoso. A los kitsunes podemos hallarlos en bosques o sitios abandonados, donde muchas veces los vemos como pequeñas flamas llamadas kitsune-bi (zorro de fuego), de las cuales hay que alejarse porque suelen perderlo a uno. Debido a su naturaleza traviesa  muchos se han aprovechado de la cordialidad de las familias japonesas y han decidido irse a vivir bajo las casas, trayéndose consigo a todo su clan (74 kitsunes por lo general). Se dice que los mismos atraerán prosperidad, pero como es de imaginar resultan ser una gran carga económica para la familia ya que se les debe alimentar y tratar muy bien. De no ser así estos atraerán adversidad.

Por Hokusai. Daiji.


Por Kuniyoshi. Principe Hanzoku.

Los kitsunes andan siempre buscando con quien divertirse, se pueden ofrecer a ayudarlo  pero en realidad solo lo meten a uno en más problemas, por lo que no son de fiar. Cuando estos poseen a alguien (kitsunetsuki), la persona muestra un comportamiento extraño, retorciéndose y ladrando como un zorro, se desgarra la ropa y corre por las calles. Además,  hablan en un dialécto desconocido y desarrollan unas ansías desenfrenadas por comer tofu y fideos soba. Cuando esto sucedía se llamaba a un yamabushi (monje asceta) para que exorcisara al kitsune. Una táctica utilizada para que saliera de la persona era ofreciéndole una generosa cantidad de tofu frito, el cual se le dejaría en el  santuario Inari más cercano, lo que generalmente funcionaba. 


Por Gyokuzan. Kitsunetsuki (poseción)

De todas las travesuras la que más disfrutan es engañar a los incautos al cambiar de forma, especialmente en bellas mujeres, colocándose una gran hoja o calavera en la cabeza. Los relatos de hombres que fueron llevados a la ruina por una mujer-zorro abundan. Pero también se da el caso en que la mujer-zorro también se enamora y forma una familia con un humano. Los hijos que nacen de esta relación suelen poseer habilidades extraterrenales, por lo que se cree que  muchos hombres que fueron héroes eran hijos de kitsunes. Otro engaño que les fascina es dejar regalos o pagos que en realidad no tienen valor alguno. Por ejemplo, llegan a una tienda en su disfraz de persona (a veces se les puede ver la cola o un abultamiento en la ropa), a comer uno de sus platillos favoritos en grandes cantidades dejando así mucho dinero. A la mañana siguiente las personas se llevan una gran sorpresa al descubrir que el dinero es en realidad un montón de aserrín.

Kitsune camuflandose con una hoja. Por Ohara Koson.

Si sucediera el caso de que uno sospeche que un(a) agradable extraño es en realidad un kitsune hay formas de detectarlos. Se le puede llevar a un sitio donde haya agua donde se reflejará su verdadera forma. Si no, podemos traer a un perro, ya que estos no se ven afectados por la ilusión, y este le ladrará eufórico asustando al kitsune. O se puede revisar el dinero con el que haya pagado, puede que este ya se haya transformado en aserrín o cualquier otro objeto. En la actualidad, con las nuevas telecomunicaciones, los japoneses idearon una forma de determinar si quien habla al teléfono es un kitsune al contestar con "moshi, moshi", ya que supuestamente les resulta imposible pronunciarlo. 

Kitsune junto a una laguna. Por Tsukioka Yoshitoshi.


Kuzunoha alejándose de su hija. Por Yoshitoshi, de la colección 36 Fantasmas.



Por Kuniyoshi. Kuzunoha.
Por Kuniyoshi. Tamamo-no-mae.

24 de noviembre de 2010

Okiku-mushi (Insecto Okiku)


El gusano, vemos su estructura anillada.
Este youkai se originó del relato de "Bancho Sarayashiki " y su protagonista Okiku, asesinada en un pozo. La Okiku-mushi se aparece en pozos como una hermosa mujer cuyo cuerpo de la cintura hacia abajo es un gusano, y sus manos se encuentran atadas a la espalda. La razón por la que es mitad mujer y mitad gusano se basa en un hecho histórico ocurrido en Japón en 1795. Los viejos pozos de aquel entonces se infestaron de un tipo de gusanos con finas líneas alrededor de su cuerpo, lo que les da la apariencia de estar atados, por lo que se dijo que eran la reencarnación de Okiku. La relación en este caso con Okiku se debe a que en una de las versiones de la historia, previo a su asesinato, fue maniatada y torturada una y otra vez sobre el pozo con el fin de que cediera a los deseos de su amo, pero ella nunca lo hizo. 

Okiku-mushi en el pozo. Por Takehara Shunsen de la colección Ehon Hyaku Monogatari.

23 de noviembre de 2010

Kappa (Niño de Río)

Representación del kappa por Hokusai.
Se trata de una criatura muy parecida a un anfibio con la estatura de un niño la cual habita cerca de las márgenes de los ríos, estanques o lagunas, u otras locaciones con agua dulce.  Se le suele representar con aspecto de rana, con las manos y pies palmeadas, piel escamosa de color verde o más oscura, además de un caparazón de tortuga y pico. Son rápidos nadadores y pueden caminar en dos patas en la superficie. Su característica más curiosa es la pequeña cavidad, o una hoja de lirio con un plato, situada en la coronilla, rodeada por el cabello enmarañado parecido a las algas. Dentro del mismo hay agua, la cual es de suma importancia para el kappa, ya que si por alguna razón esta se evapora o se derrama el kappa se debilita o incluso muere, es como su esencia vital, por lo que generalmente se regresan al agua. Antiguamente se le llamaba kawataro.


Representación del kappa. Por Toriyama Sekien de la colección Gazu Hyakki Yakō.


Al kappa se le conoce por ser una criatura confiada y atrevida, y son un verdadero problema. Disfrutan por ejemplo de realizar fechorías como robar cosechas, espiar a las mujeres e inclusive violarlas. Todos los niños de Japón han escuchado el "no te metas al agua solo o un kappa te comerá", ya que se tratan de presas fáciles y les acechan en las márgenes. Pero no solo atacan a los niños, se sabe que la parte humana favorita de los kappa es un órgano llamado Shirikodama, el cual está localizado dentro del ano de las personas; por lo que si un kappa logra atrapar a alguien le extraerá el Shirikodama con sus manos palmeadas. Se dice también que gustan de absorber la vitalidad de las personas al succionar  las entrañas a través del ano. Si se les atrapa para matarles o castigarles, el kappa se defenderá con flatulencias que expelen de sus tres anos.


Letrero advirtiendo a los niños de los peligros del río, incluyendo al kappa.

Kappa extrayendo el shirikodama de una pobre víctima. Por Mizuki Shigeru.

Para ahuyentar a un kappa se puede utilizar fuego, aunque no siempre disponible, por lo que otra forma es con una flatulencia directa. Otra manera de protegerse es ofreciéndoles un pepino, ya que de todas sus fuentes de alimento, estos son sus favoritos por lo que el kappa aceptará el intercambio y no lo atacará. Es por ello que existe un platillo de sushi llamado "kappa maki" en honor a los mismos, el cual es un rollo relleno con pepino. Por último, se sabe que los kappa son aficionados a las luchas de sumo, por lo que si uno es retado, lo mejor es  que previo al encuentro, se realize una buena reverencia para que así el agua del kappa se derrame y este deba huir a rellenarlo, dándonos tiempo para escapar.


Por Yoshitoshi. Hombre ahuyentando kappas con una flatulencia.

Existen otras versiones del kappa, donde no se le describe como un ser maligno, sino  más bien como un youkai travieso, como el tanuki o el kitsune. En esta versión más noble, le ayudará a alguien que se esté ahogando, o un granjero que requiera agua para sus cosechas, y hasta son considerados de buena suerte. De hecho se pueden relacionar con las personas ya que entienden y hablan japonés perfectamente. por lo que hasta han compartido sus conocimientos, especialmente medicinales. También se les considera como criaturas leales y agradecidas. Cabe señalar que en la religión Shinto, a los kappa se les considera como "Dioses del Agua". Debido a que en cada región de Japón a los kappa se les ve diferentes maneras, hay muchísimas versiones sobre los mismos.



Kappas atacando a un joven. Por Gojin Ishihara, del Libro de los Monstruos Japoneses.

Por Kitagawa Utamaro. Kappa violando a una mujer. Arte Shunga (erótico).


Hay otro youkai llamado Suiko (Tigre de Agua) el cual es parecido al kappa pero mucho más grande.

14 de noviembre de 2010

Hito-dama (Alma Humana)

Las Hitodama son las almas de los recién fallecidos las cuales toman la forma de una esfera flameante azulada o verdusca, muchas veces con una larga estela luminosa. La palabra hitodama es una combinación de las palabras japonesas hito, que significa "humano", y tama (abreviación para tamashii), que significa "alma". También se les llama Onibi (Demonio de Fuego). Muchas se desvanecen o caen al suelo al poco tiempo de ser divisadas, dejando un residuo luminoso donde caen.

Por Sekien de la colección Gazu Hyakki Yakō.



Se les puede ver cerca de una persona moribunda como una aparición del alma abandonando el cuerpo antes de "cruzar al otro lado". Tradicionalmente se decía además que si uno miraba una Hitodama era la premonición de su propia muerte, por lo que se escribieron varios textos para exorcizarlos. También sucede que pueden perderlo a uno si se les sigue, y es una de sus formas de engañarnos, aunque esto en realidad lo suelen hacer los Kitsunebis (Zorros de Fuego).


Por Kunisada. Yurei con dos Hitodamas.


También existe un youkai conocido como Hitodama Rusa, la cual se compone de varios hitodamas. Se presenta en momentos de ventiscas, al tiempo que grita "Oroshiya, Oroshiya" (bajenme, bajenme). La razón por la cual se le denomina como rusa, es porque oroshiya suena muy similar a como se solía decir Rusia en japonés.

Hitodama Rusa. Autor desconocido, del Kaikidan Ekotoba.  

12 de noviembre de 2010

Yotsuya Kaidan (Historia del Fantasma de Yotsuya)


Una de las historias de fantasmas (Kaidan) más famosas de Japón es  Yotsuya Kaidan (formalmente conocida como Tohkaidoh Yotsuya Kaidan), obra Kabuki escrita en el período de Edo (1603-1867).  Cada año se realizan distintas representaciones de la misma, ya sea en los teatros Kabuki o en películas, siendo una obligación que todo el reparto visite la tumba de Oiwa en el Templo de Myogyoji en Yotsuya, Tokio, para evitar la maldición que la acompaña. Esto  según varios incidentes del pasado en donde han habido heridos, accidentes e inclusive muertes debido a que no solicitaron su bendición. Según reportes, Oiwa murió el 22 de febrero de 1636.


Tumba de Oiwa. Templo de Myogyoji, Yotsuya.
La historia se situa en Yotsuya, donde el ronin (samurai sin maestro) Tamiya Iemon, convive con su esposa Oiwa. Iemon tenía un oscuro pasado ya que había asesinado al padre de Oiwa por un desacuerdo en su relación. Su sirviente Naosuke actuó de igual modo al asesinar a Yomoshichi quien era el esposo de la hermana de Oiwa, Osode. Ambos engañaron a las mujeres  al decirles que fue un ladrón y que jurarian vengar sus muertes. Una vez casados, Iemon se encontraba muy defraudado porque no encontraba trabajo como samurai y Oiwa había caido muy enferma  luego del parto de su primer hijo. A pesar de todo ello, Oiwa era feliz con su familia.
  
La joven Oume, nieta del acaudalado doctor Ito Kihei, se enamora del atractivo Iemon por lo que su abuelo le propone a Iemon que le dará trabajo como samurai bajo la condición que la despose. Ito le entrega un veneno a Iemon  como supuesta medicina para Oiwa, quien confiada la toma a diario, sin saber que la misma progresivamente le va desfigurando el rostro. La estrategia funciona, e Iemon se distancia de Oiwa, la maltrata y la insulta debido a su condición, al igual que a su hijo. La desfiguración de Oiwa empeora cada día ya que uno de sus ojos ha prolapsado y la piel le cuelga totalmente deformada. El horror se desata mientras ella peina su cabello y  gran cantidad del mismo se desprende a pedazos al tiempo que le chorrea sangre por el rostro.   

Oiwa y su bebé. Por Tsukioka Yoshitoshi.


Kohei, un anciano sirviente de Iemon, viendo el trato de Iemon para Oiwa le suplica entrar en razón pero termina con los dedos rotos, sin cabello, atado y encerrado en un armario. Iemon se retira de la casa y le pide a un hombre de la localidad, Takuetsu, que viole a Oiwa para utilizar el adulterio como motivo de divorcio. Pero Takuetsu no puede debido a los forcejeos de Oiwa y su desfigurada apariencia. Así que la toma y la fuerza a mirarse a un espejo, provocando que ella estalle en ira y desesperación, por lo que intenta atacar a Takuetsu con la katana pero accidentalmente se degolla con la misma al tropezar. Con sus últimas fuerzas Oiwa mata a su bebé para evitar que sea criado por los Ito y muere desangrada al tiempo que maldice a Iemon y jura su venganza. Cuando Iemon regresa, descubre el cuerpo de Oiwa y que Takuetsu ha huido. Siendo Kohei el único testigo, lo saca del armario y lo asesina. A continuación manda a colocar los cuerpos de Kohei y de Oiwa juntos, clavados a cada lado de una puerta que lanzan a un río, como trama de que eran amantes.


En cuanto a Osode y Naosuke, su matrimonio no ha sido consumado aún ya que Osode tiene un mal presentimiento. Este se confirma al regresar Yomoshichi quien por equivocación no había sido asesinado y este acusó a Osode de adúltera. Avergonzada se entregó a la muerte y le dejó una carta a Naosuke revelándole que ella era su hermana menor, por lo que él también se suicidó. Luego de su encuentro con la pareja, Yomoshichi averiguó la verdad sobre Iemon.

Al consumar los crímenes de Oiwa y Kohei, ya se hacen los preparativos de la boda en la casa de los Ito. La joven ataviada en su kimono nupcial se acerca a Iemon con su rostro cubierto con un velo, y al retirarlo éste se lleva la horrible impresión de que su rostro es el de Oiwa por lo que la asesina de inmediato decapitándola con su katana. No es hasta entonces que descubre que asesinó a Oume. En pánico se voltea y mira el fantasma de Kohei, a quien ataca con su katana descubriendo que también ha asesinado a su suegro. De igual forma termina acabando con la vida de su suegra y sus sirvientes al lanzarlos al canal.

Oiwa apareciéndosele a Iemon en una lámpara de papel. Por Utagawa Kuniyoshi


Iemon huye totalmente transtornado y  se refugia en un sitio en las montañas. Al ir de pesca al río se le reaparece la puerta con los putrefactos cuerpos de Oiwa y Kohei los cuales toman vida y le recriminan con agonizantes gemidos. Así sucede donde mire, como por ejemplo la lámpara de papel que refleja el rostro de Oiwa, las lianas que se tornan serpientes y el humo que se mira como cabello. Al borde de la locura, Iemon no lo soporta más y corre despavorido sin saber que va al encuentro de Yomoshichi, quien lo asesina.

Lámpara de Papel con la forma del rostro de Oiwa. Por Katsushika Hokusai

El fantasma de Oiwa con su hijo emergiendo de una lámpara. Por Utagawa Kuniyoshi


Hay una excelente película basada en esta historia, dirigida por Hideo Nakata, el mismo director de Ringu. Se llama Kaidan, y es del 2007. 



11 de noviembre de 2010

Buruburu (Espíritu Tembloroso)

Los Buruburu son espíritus temblorosos que en su vida anterior fueron personas que murieron en circunstancias terroríficas, es decir, bajo mucho miedo. Estos youkais habitan cementerios o áreas de gran soledad, y lucen como el alma de un anciano o anciana bajo un gran temblor. Cuando se presenta, el Buruburu se adhiere a la espalda de su víctima, causando que la misma experimente como un fuerte escalofrío baja por toda su espina dorsal, lo cual puede ser tan aterrador que hasta llega a provocarle la muerte, creando así un nuevo Buruburu. Se dice que también son los responsables de las sacudidas repentinas que sentimos a veces y la extraña sensación que las acompañan, a pesar de que aparentemente no se sabe qué las provocó.


Por Sekien de la colección Gazu Hyakki Yakō.

9 de noviembre de 2010

Haku-taku (literalmente Pantano Blanco)

El Haku-taku es un ser imaginario que originalmente forma parte de la mitología china donde se le conoce como Bái Zé. Este posee grandes conocimientos sobre todo tipo de seres malignos y por lo tanto se trataba de una especie de consejero celestial del propio Emperador Amarillo o Huang Di.   Su aspecto es el de un león blanco, con facciones humanas, cuenta con nueve ojos (tres en el rostro y tres en cada flanco) y seis cuernos (dos en la cabeza y tres a cada lado del dorso), además de que en sus patas posee cascos; figura que sin duda alguna recuerda a la de una Quimera. Huang Di lo halló (o mas bién Bái Zé lo contactó), en su travesía por el este de China. Este sabio ser le reveló que existían miles de  entes sobrenaturales en el mundo (11,520 aproximadamente), tanto malignos como benignos, por lo que le instruyó en como evitar sus ataques o comunicarse con ellos. A raíz de su encuentro el Emperador elaboró un tipo de bestiario con todas las criaturas, al cual llamó Bái Zé Tú. Dicho texto ya no existe pero aún  se conservan algunos fragmentos del mismo en otros escritos. 

En la mitología japonesa, según una leyenda, el Haku-taku visitó el Monte Tatetayama para anunciar sobre una mortífera plaga que se propagaría durante varios años, y que su figura debía ser utilizada como un simbolo de protección. Así fue que, debido a sus cualidades místicas, al Haku-taku se le representaba en  variadas formas como una especie de talismán  con la finalidad de ser utilizado para reprender a los espíritus malignos y las enfermedades, especialmente cuando se desataba una epidemia.

Representación del Haku-taku. Por Sekien de la colección Gazu Hyakki Yakō.
Representación del Haku-taku. Por Hokusai.

5 de noviembre de 2010

Bancho Sarayashiki (Mansión del Plato en Bansho)

Se trata de una muy famosa y tradicional historia de horror japonesa (Kaidan) en la cual se inspiró una obra Kabuki del mismo nombre. Hay varias versiones de la misma historia, pero generalmente involucran a la sirvienta Okiku quien fue falsamente acusada de quebrar (en otras versiones de extraviar) un plato de una valiosa vajilla de porcelana de la familia para la que trabajaba. Dicha acusación era tan grave que se pagaba con la vida por lo que Okiku lo buscó incansablemente, contando los platos una y otra vez sin éxito. Acudió entonces a su patrono, el samurai Auyama Tessan, quien la deseaba; y al Okiku revelarle que no encontraba el plato este le ofreció ignorar el asunto si se entregaba a él pero ella se rehusó por lo que la asesinó al arrojarla al pozo. En otra versión se dice que al no soportar la vergüenza de dicha acusación Okiku se suicidó al ahogarse en el pozo. 
 
Okiku se convirtió entonces en un fantasma (yurei) que se aparecía junto al pozo e inmediatamente comenzaba a contar hasta nueve y justo al terminar daba escalofriantes chillidos. La razón del conteo se debe a que la vajilla consistía de diez platos, de los cuales uno fue quebrado y quedaban nueve. Finalmente, Okiku logró su objetivo de venganza ya que debido a su incesante llanto Tessan enloqueció . Se dice que un monje fue quien liberó el alma de Okiku al gritar ¡Diez!, justo cuando ella estaba terminando el conteo, y el pozo dejó de estar embrujado.  

Por  Hokusai, vemos su cuerpo hecho de platos.

El fantasma de Okiku junto al pozo. Por Aoyama Tessan.


Se dice que el pozo donde pereció Okiku se encuentra en el Castillo Himeji y de hecho se llama Pozo de Okiku, aunque otros aseguran que el verdadero pozo está localizado en el jardín de la Embajada de Canadá en Tokio, la cual era propiedad de la familia Aoyama.


Castillo Himeji, el Pozo de Okiku.


El director de Ringu (El Aro), Nakata Hideo, afirma que su película y Bancho Sarayashiki están relacionadas. Explica que para él los pozos son portales que comunican con el mundo de los muertos. Basada en esta historia existe otro youkai, la Okiku-mushi (Insecto Okiku).

Captura de la escena del pozo en Ringu, de Hideo Nakata.



Rashomon-no-oni (El Demonio de Rashomon)


Una de las leyendas más famosas sobre los Oni es sobre uno llamado Ibaraki, aunque  hay otra versión en la que se dice que es una Oni (Hannya). Este atacaba a todo aquel que intentara cruzar por el puente de Rashomon, al sur del palacio imperial de Kyoto. Un día el samurai Watanabe no Tsuna (quien aparece en muchas otras leyendas), decidió esconderse y esperar a que Ibaraki saliera para matarle, pero su plan fue interrumpido por una hermosa joven quien lo persudió a acompañarla hacia la ciudad. Cuando iban de camino Watanabe observó de reojo como la joven se transformaba en un horripilante Oni. Este inmediatamente lo atacó, al tiempo que Watanabe desenvainó su katana (sable) y le cortó el brazo. Ibaraki se alejó dando alaridos y Watanabe guardó con cuidado el brazo en un cofre en su mansión. 

Watanabe no Tsuna luchando contra Ibaraki. Por Utagawa Kuniyoshi.

Momento en el que el demonio de Rashomon pierde su brazo. Por Gojin Ishihara.

Al pasar los años, el evento ya había sido olvidado, por lo que Ibaraki se disfrazó de la anciana tía de Watanabe, Mashiba. Fué a visitarlo y lo convenció a mostrarle el brazo cercenado. Sin sospechar, Watanabe se lo mostró y Mashiba al verlo se transformó de inmediato en Ibaraki por lo que tomó su brazo y huyó volando de la casa de Watanabe dejándolo sorprendido. A pesar de haber escapado, Ibaraki no volvió al puente de Rashomon.

 Ibaraki como Mashiba junto a Watanabe no Tsuna. Por Yoshitoshi.


 Ibaraki como Oni huyendo con su brazo. Por Yoshitoshi.

Hone-Onna (Mujer Esqueleto)


La Hone-onna es un youkai que a primera vista luce como una hermosa mujer vistiendo un bello kimono. Debido a su aspecto, ella seduce fácilmente a los hombres para llevarlos consigo a la cama. Una vez que los ha engañado les revela su verdadero aspecto esquelético y absorbe el alma de su víctima. 

Por Sekien de la colección Gazu Hyakki Yakō.
Por Kyouka Hagihara Página Oficial

2 de noviembre de 2010

Ohaguro-bettari (Hilera de Dientes Negros)

Es similar a la Ao-nyobo pero en su rostro solo se mira una enorme sonrisa con filas de puntiagudos dientes negros, sin ninguna otra facción y viste un kimono nupcial. En el Japón del periodo Meiji cuando la mujer se casaba se pintaba los dientes de negro como una muestra de su estatus de esposa, por lo que se dice que se trataba de una mujer poco atractiva que nunca pudo casarse y se suicidó. Otra versión dice que se trataba de una vendedora de la tinta oscurecedora. 

Kimono nupcial tradicional japonés.

La Ohaguro-bettari suele aparecerse al crepúsculo en templos o santuarios fuera de la ciudad. En raras ocasiones se ha aparecido en casas. Por detrás se le ve como una hermosa mujer vistiendo un espléndido kimono nupcial, pero al acercársele siempre suele voltearse o se tapa el rostro con su kimono. Sin embargo, muchos hombres no pueden resistirse y se acercan más para mirar su cara. Exclamando “¡Gya!” se voltea y revela su horrible cara blanca que de la mitad para abajo pareciera que se parte en dos, mostrando dos largas hileras de dientes negros.


Por Maren Marmulla http://schmaren.blogspot.com/

Por Shunsen de la serie Ehon Hyaku Monogatari.





Hannya (literalmente Sabiduría)

La forma más común de una Hannya (un tipo de Oni) es la de una mujer, aún así hay varios que son hombres. Según las leyendas se dice que fue una mujer increiblemente hermosa que por diversas razones cayó bajo la locura y luego fue poseida por un demonio. Una vez poseida se tranformó en un monstruo horrible, un tipo de demonio conocido como Oni en el folclore japonés. En ocasiones se relata que una vez Hannya se dedicaría a beber la sangre de sus víctimas, especialmente niños o hombres jóvenes. 

Hannya riendo con la cabeza cercenada de un niño. Por Hokusai.

Hannya exhalando fuego. Por Sekien de la colección Gazu Hyakki Yakō.

Hannya. Por Mizuki Shigeru.

La palabra Hannya es muy popular por las hermosas máscaras de madera que se utilizan en los tradicionales teatros Noh y Bunraku, como un demonio cornudo de facciones ferozes. Se trata de una temática habitual; el rencor que guarda una mujer abandonada por su pareja, quien puede llevar este sentimiento de odio consigo incluso después de su muerte. Las mujeres que albergan este resentimiento en el fondo del corazón llevan la máscara Hannya. Esta careta con el ceño fruncido, los músculos faciales contraídos y los ojos y dientes pintados de oro, transmite una enorme amargura, rabia, rencor y un estremecedor sufrimiento. Algunos ejemplos de historias de Hannya son: Ibaraki y Kiyohime

El actor Ichikawa Danjuro como Uwanari, la esposa vengativa. Por Kunichika.

Máscara hannya utilizada en el teatro Noh y Bunraku.