10 de mayo de 2011

Bake-neko (Gato Fantasma)

Históricamente a los gatos se les considera criaturas de cuidado en Japón ya que siempre se les han atribuido poderes sobrenaturales. El bake-neko se trata de un tipo de gato demonio que puede cambiar a la forma humana, tal como el kitsune (zorro) que puede tomar dicha forma temporal o permanentemente. Un gato común se puede transformar en un bake-neko de varias maneras: al sobrepasar los 13 años de edad, al alcanzar un gran tamaño (8 libras de peso), o si al nacer posee una cola muy larga y esta no se le corta. Lo que sucede con la cola larga es que al ser adultos esta llega a bifurcarse en dos, y es entonces que se le llama neko-mata. 

Un bake-neko embrujará cualquier casa en la que permanezca. Al principio solo creará fantasmagóricas bolas de fuego o cambiará de posición la ubicación de la cama, pero luego comenzará a caminar en sus patas traseras, se transformará en personas, e inclusive devorará a su dueña para así robar su identidad y tomar su lugar. Al cambiar de forma, el bake-neko asediará a su víctima durante años, bebiendo su sangre. Cuando se le mata, su cuerpo puede llegar a ser tan grande como cinco pies de largo. También representa un peligro dejarle solo junto a un cadáver fresco, ya que se cree que estos son capaces de reanimar el cuerpo al saltar sobre ellos. De igual manera, existen algunas historias de buenos actos por parte de los bake-nekos.  

Por Kunisada, El Bake-neko de Okabe
Por Kawanabe Kyosai
Una historia famosa, El Gato Vampiro de Nabeshima, trata sobre un bake-neko que intentó asesinar al Príncipe Nabeshima. 

“Una noche, un enorme bake-neko se escondía tras los arbustos del jardín donde caminaba el Príncipe Nabeshima junto a su geisha preferida, Otoya. Luego de que cada quién se retirara a sus aposentos, el gato se escabulló dentro de la habitación de la geisha y esperó escondido hasta que esta se durmiera. A medianoche, el gato se abalanzó sobre la geisha y la estranguló. Arrastró el cadáver hacia afuera y cavó un hoyo donde la enterró. Luego, se transformó en la geisha, engañando a todos, inclusive al príncipe. Cada noche, el bake-neko, en su disfraz de geisha entraba a la habitación del príncipe para beber su sangre. Pronto, el príncipe comenzó a quejarse sobre horribles pesadillas y con el tiempo, se le miraba más pálido y debilitado. Sus doctores estaban consternados por su padecimiento y ordenaron que se le mantuviera bajo vigilancia permanente. Extrañamente, los guardias del príncipe caían dormidos cada noche, justo antes de la medianoche, sin importar cuánto se esforzaran por mantenerse despiertos.

La geisha Otoya y la imagen de un gato reflejada en la puerta vista en un ángulo de 90 grados. Por Kunichika.
Un joven soldado quien había servido bajo el príncipe llegó al castillo a ofrecer sus servicios. Se purificó en la fuente, y luego le rezó con pasión a una imagen de Buda durante horas. Impresionado por su devoción, un monje budista le solicitó al soldado reguardar al príncipe durante la noche, exponiéndole el problema. El soldado aceptó, revelándole que conocía una forma infalible para mantenerse despierto. Cerca de la medianoche, los guardias cabecearon uno a uno, e inclusive el soldado comenzó a bostezar. Luego, tomó su cuchillo y se apuñaló a sí mismo en el muslo, a sabiendas que el dolor lo mantendría despierto. Cada vez que tenía sueño, giraba el cuchillo para incrementar el dolor y así continuar despierto. A la medianoche, observó a una hermosa geisha abrir las puertas y silenciosamente deslizarse hacia la cama del príncipe. El soldado se irguió, cuchillo en mano. La geisha se volteó y lo miró fijo con sus ojos amarillos, y luego se marchó tan rápido y en silencio a como entró. Por cuatro noches más, el soldado se mantuvo en guardia, utilizando su cuchillo para mantenerse alerta. 

Al recobrar el sueño, el príncipe finalmente se curó en salud. Cuando el soldado intentó advertirle sobre la geisha, este no le permitió cuestionar a su amante predilecta. El soldado maquinó entonces un plan para asesinar a la geisha con sus propias manos. Con ocho guardias esperando afuera, el soldado tocó a la puerta de la geisha. Cuando esta la abrió, sus amarillentos ojos resplandecían en la oscuridad, el soldado le entregó un trozo de papel, y le solicitó que lo leyera. Al tiempo que leía, sacó su cuchillo y se preparó para apuñalarla. El bake-neko estalló en furia, gruñendo y escupiendo al tiempo que intentaba defenderse. Ambos lucharon con ferocidad, mientras los guardias se agrupaban. Al fin, la geisha se transformó en un enorme gato y escapó por una ventana hacia el jardín, con tal rapidez que los arqueros fallaron. Al día siguiente el soldado le contó al príncipe lo que había sucedido, y el jardinero del castillo halló el cuerpo de la verdadera geisha, Otoya. Muy afectado por la pena, el príncipe ordenó a sus hombres cazar al gato a muerte, el cual murió finalmente por el soldado que descubrió su terrible secreto.”

Por Utagawa Toyokuni III

Por Utagawa Kuniyoshi

Por Kunisada, Nakamura como un Bake-neko.

2 comentarios:

  1. Yo habia escuchado que los mapaches y los zorros se podian transformar pero no asi de los gatos.

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  2. Hola solo queria decir que sigo al tanto del blog ancioso por ver que otra leyenda mitologia japonesa colocas... se que es dificil encontrar información pero bueno vale la pena la espera...

    Saludos...

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